Sergio Vila-Sanjuán
“Dos cánones van a enfrentarse: el canon ideal i el canon real. Y creo que cuando una obra está en ambos ―en la historia de la calidad y en la historia de la popularidad― pertenece a una categoría especial, para mí apasionante, que denominaría «canon total». Consigue cuadrar el círculo, y se convierte por ello en símbolo de una utopía: la excelencia universal. En un artículo titulado «Elogio de la mala novela», Vargas Llosa se quejaba de la esquizofrenia novelística de nuestro tiempo: «Se diría que los novelistas se han repartido el trabajo: a los mejores les toca la tarea de crear, renovar, explorar y, a menudo, aburrir; y a los otros ―los peores―, mantener vivo el viejo designio del género: hechizar, encantar, entretener». Ken Follett, conocido autor de best sellers, dice algo parecido: «Hay un cierto esnobismo sobre eso de que solo lo difícil es bueno». He de confesar que me encantaría escribir un best seller filosófico.”
“Dos cánones van a enfrentarse: el canon ideal i el canon real. Y creo que cuando una obra está en ambos ―en la historia de la calidad y en la historia de la popularidad― pertenece a una categoría especial, para mí apasionante, que denominaría «canon total». Consigue cuadrar el círculo, y se convierte por ello en símbolo de una utopía: la excelencia universal. En un artículo titulado «Elogio de la mala novela», Vargas Llosa se quejaba de la esquizofrenia novelística de nuestro tiempo: «Se diría que los novelistas se han repartido el trabajo: a los mejores les toca la tarea de crear, renovar, explorar y, a menudo, aburrir; y a los otros ―los peores―, mantener vivo el viejo designio del género: hechizar, encantar, entretener». Ken Follett, conocido autor de best sellers, dice algo parecido: «Hay un cierto esnobismo sobre eso de que solo lo difícil es bueno». He de confesar que me encantaría escribir un best seller filosófico.”
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